Aún recuerdo cuando ocho años atrás, allá por 2014, Patrick Modiano se alzaba con el Premio Nobel de Literatura, según el dictamen de la Academia Sueca por el exhaustivo trabajo sobre temas vinculados a la memoria, el olvido, la identidad y la culpa.

Para ese entonces había leído dos de sus clásicos, Domingos de Agosto y En el café de la juventud perdida, quedando prendido de esa sensación de inmensa nostalgia que emanan de sus páginas; París, el Sena, Notre Dame, Los Inválidos, El Puente de la Concordia y aquella vorágine de los años 50 y 60 del pasado siglo.

Murakami

Ya desde ese entonces, Haruki Murakami comenzaba a mostrarse como aspirante al máximo galardón en el universo de las letras, pues desde Tokio Blues, pasando por 1Q84 y Kafka en la orilla, su nombre se proyectó por todos los rincones del planeta, mostrándose como un escritor moderno, dotado de un estilo único, visceral y realista.

Ya desde finales de los 80, personajes como Toru Watanabe y Aomane alcanzaron dimensión universal, pues sus conflictos asociados al desamor, la muerte, la ira y el sexo, eran patrones comunes en la existencia del ciudadano promedio.

La fama mundial

En 2002 la prensa norteamericana eligió a Kafka en la orilla como mejor novela del año y el suceso representó un bum total para el auge del prestigio de Murakami.

Como una especie de efecto dominó vendrían otros premios, el Tanizaki en Japón, el Franz Kafka y la Orden de las Artes y las letras del gobierno español, por solo mencionar.

Y el tiempo comenzó a pasar y Murakami también empezó a erigirse como serio aspirante al Nobel pero no, llegaron títulos como Hombres sin mujeres y La muerte del comendador pero nada de premio.

Hasta Bob Dylan se alzó con el premio en 2016 para agudizar mucho más la contradicción.

Larga espera

Así, con la etiqueta de El eterno candidato llega a este 2022 y muchos coinciden que pudiera llegar su momento pero el beneficio de la duda se vuelve a imponer, pues las encuestan no lo dan como favorito, quedando detrás del francés, Michel Houellebecq.

En los próximos la incertidumbre podría acabar o la historia de El eterno candidato sumaría otro capítulo más, como sea, el legado de Haruki Murakami es un hecho, hablamos de uno de los grandes escritores en los últimos cuarenta años.