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En una subasta histórica celebrada en Sotheby’s, el esqueleto de un dinosaurio conocido como “Apex” se vendió por la asombrosa cifra de 44,6 millones de dólares, convirtiéndose en el fósil de este tipo más caro jamás vendido. El comprador resultó ser el multimillonario estadounidense Ken Griffin, fundador y CEO de la firma de inversiones Citadel.
“Apex”, un stegosaurio de 8 metros de largo y 150 millones de años de antigüedad, fue excavado en Wyoming en 2018. Se estima que este espécimen es un ejemplar único, con placas de armadura excepcionalmente bien conservadas y un cráneo casi completo, lo que lo convierte en una pieza invaluable para la paleontología.
Griffin, conocido por su filantropía y su pasión por la historia natural, ha declarado que tiene la intención de prestar el esqueleto a una institución estadounidense para que sea exhibido al público. “Apex nació en Estados Unidos y se quedará en Estados Unidos”, afirmó el multimillonario al Wall Street Journal.
La venta de “Apex” ha superado con creces el récord anterior para un fósil de dinosaurio, establecido en 2020 con la venta de un Tyrannosaurus rex llamado “Stan” por 31,8 millones de dólares. Este hito pone de relieve el creciente interés por los fósiles de dinosaurios entre los coleccionistas privados, impulsado por su rareza, valor científico y atractivo estético.
Sin embargo, la venta también ha generado preocupaciones entre algunos paleontólogos, quienes temen que la comercialización de estos especímenes pueda dificultar el acceso a la investigación científica.
A pesar de estas críticas, la adquisición de “Apex” por parte de Griffin garantiza que este tesoro paleontológico será preservado y compartido con el público, permitiendo que las nuevas generaciones puedan maravillarse con esta ventana única al pasado prehistórico.