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El laboratorio europeo de física nuclear ‘ELI-NP’, ubicado cerca de Bucarest, Rumania, alberga actualmente el láser más potente del planeta. Con una potencia de 10 petavatios, este dispositivo supera con creces la capacidad de las centrales nucleares tradicionales y representa un gran salto en la física experimental y la tecnología láser.
Este láser avanzado está diseñado para realizar experimentos en condiciones extremas, imposibles de alcanzar sin un dispositivo tan potente. Una de sus aplicaciones más destacadas es la generación de plasma similar al de algunas estrellas, recreando condiciones cósmicas en un laboratorio. Además, puede acelerar partículas como protones o electrones, abriendo posibilidades en medicina, como en tratamientos contra el cáncer, y en física de partículas.
Los científicos del laboratorio ELI-NP están explorando usos adicionales del láser, como iniciar reacciones de fusión nuclear, alterar la estructura de residuos nucleares y facilitar la gestión del torio para su uso en reactores nucleares. Este láser, que representa una inversión de más de 100 millones de euros, es un componente clave en la vanguardia de la investigación científica.
La potencia y las capacidades del láser del laboratorio ELI-NP no solo abren un nuevo capítulo en la física y la ciencia, sino que también ofrecen un vistazo al futuro de las tecnologías basadas en láser. Las posibilidades que ofrece este dispositivo van desde el avance en el tratamiento del cáncer hasta la exploración espacial, marcando el comienzo de una era en la que el láser jugará un papel crucial en diversos campos.
La presencia de este dispositivo en Rumania pone al país en el centro de la investigación científica mundial, demostrando su compromiso con la innovación y el avance tecnológico. Este proyecto, financiado principalmente por la Unión Europea, no solo impulsa la investigación, sino que también coloca a Rumania en el mapa como un líder en tecnología de vanguardia.