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Un estudio reciente ha confirmado lo que se sospechaba desde 2019: la Luna se está encogiendo, aunque este fenómeno no es perceptible desde nuestra ventana. Gracias a imágenes y datos recopilados por la Cámara Orbital de Reconocimiento Lunar (LROC), un equipo de científicos ha podido analizar las características geológicas del satélite y determinar que se trata de un proceso natural que tiene lugar en las tierras altas lunares, incluidas las del polo sur.

Los resultados de la investigación, liderada por el Dr. Thomas R. Watters del Centro de Estudios Planetarios y de la Tierra del Museo Nacional del Aire y el Espacio del Smithsonian, fueron publicados en The Planetary Science Journal. Revelaron que la disminución de la masa lunar provoca grietas y pliegues en su superficie.

¿Por qué se está encogiendo la Luna?

Para entender este fenómeno, los investigadores lo comparan con el proceso de encogimiento de una uva: con el tiempo, la uva se vuelve más pequeña y seca. Lo mismo ocurre con la Luna, pero en una escala de tiempo mucho mayor. En los últimos cientos de millones de años, el satélite se ha vuelto aproximadamente 100 metros más delgado debido al enfriamiento de su núcleo, lo que provoca que se contraiga y forme pliegues en su superficie.

¿Cómo afecta esto?

El encogimiento de la Luna no afecta directamente a las mareas ni a los ciclos lunares en el corto plazo, ya que se necesitarían millones de años para que esto fuera perceptible a simple vista. Sin embargo, este fenómeno provoca la formación de terremotos lunares, especialmente en el polo sur del satélite, lo que podría representar un desafío para futuras misiones de exploración espacial, como Artemis III de la NASA, programada para 2026.

El estudio no pretende desalentar la exploración espacial de la Luna, sino ofrecer una nueva comprensión de nuestro satélite natural. Se ha demostrado que algunas de las fallas identificadas son relativamente jóvenes, lo que sugiere que la Luna sigue siendo un cuerpo celeste activo y dinámico. Este descubrimiento desafía la creencia común de que la Luna es solo una roca muerta, abriendo nuevas oportunidades para la exploración y comprensión del sistema solar.