En la actualidad, es común que los actores se involucren en proyectos de cine y televisión más allá de actuar. Tal es el caso de Ryan Reynolds en “Deadpool”, donde su intervención fue crucial para el éxito del filme.
En 2010, los guionistas Rhett Reese y Paul Wernick comenzaron a trabajar en el guion de “Deadpool”. Reynolds, gran entusiasta del proyecto, pagó de su propio bolsillo para que los guionistas estuvieran presentes en el set, asegurándose de que el libreto se mantuviera fiel a la visión original.
La pasión de Reynolds por el proyecto se manifestó en su insistencia por conservar el tono ácido y trágico del personaje, destacando aspectos humorísticos y oscuros como el cáncer de Deadpool. Su dedicación llevó a enfrentamientos con los productores, pero garantizó que la película reflejara adecuadamente la esencia del personaje.
“La esencia del personaje es cómo se convirtió en quien se convirtió. Abrimos los ojos a esta idea de que realmente hay que saber de dónde viene Deadpool y cómo llegó hasta aquí. Fue la decisión correcta, porque esa decisión realmente nos ayudó a desbloquear el personaje. Ryan realmente es la voz de Deadpool“.
Una anécdota memorable fue cuando Reynolds improvisó una escena con una figura de acción de Wolverine, demostrando su compromiso con la autenticidad del personaje.
La implicación de Reynolds no solo aseguró el éxito creativo de “Deadpool”, sino también su éxito en taquilla, consolidando su pasión y visión como factores clave en la realización de la película.