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La espera ha terminado y el universo de Alien vuelve a estremecerse con una intensidad renovada. Alien: Romulus, la novena entrega de la icónica franquicia, llega con el peso de una historia de éxitos y fracasos a sus espaldas, pero esta vez, los uruguayos Fede Álvarez y Rodo Sayagués han logrado un regreso que, lejos de ser una simple repetición, reaviva el espíritu salvaje y aterrador que definió a la saga en sus primeras entregas.

Desde su debut en 1979 con el innovador Alien de Ridley Scott, la saga ha recorrido un camino lleno de altibajos. Scott revolucionó el cine de ciencia ficción con una mezcla de horror psicológico y diseño de producción inolvidable, mientras que James Cameron llevó la saga a nuevas alturas de acción y adrenalina con Aliens. Las siguientes entregas, sin embargo, encontraron obstáculos significativos, con el crítico y comercialmente fallido Alien 3 de David Fincher, y el igualmente mal recibido Alien Resurrection de Jean-Pierre Jeunet.

La serie pareció sumergirse en una espiral descendente tras los intentos fallidos de revivirla con cruces desalentadores entre Alien y Depredador, así como con las irregulares precuelas de Scott, Prometheus y Alien: Covenant. En este contexto, la llegada de Alien: Romulus parecía una apuesta arriesgada.

No obstante, Fede Álvarez y Rodo Sayagués han transformado esa apuesta en un triunfo. Con un guion coescrito por Sayagués y una dirección de Álvarez que recuerda la crudeza y el impacto de las entregas originales, Alien: Romulus se establece como una intercuela estratégica situada entre los eventos de Alien y Aliens. La trama nos introduce a un grupo de jóvenes obreros, desesperados por un futuro mejor, que encuentran su destino en una estación espacial abandonada, y a partir de ahí, se desata un caos brutal y visceral.

Cailee Spaney, quien ha demostrado su talento en películas como Priscilla y Civil War, ofrece una actuación notable como Rain Carradine, una joven huérfana con una determinación feroz. David Jonsson, como el enigmático androide Andy, brinda una presencia inquietante y memorable, subrayando la importancia de la inteligencia artificial en esta entrega. El elenco también incluye a Isabella Merced, Archie Reanux, Spike Fearn y Alieen Wu, quienes aportan profundidad a sus respectivos personajes, cada uno atrapado en el terror de la estación espacial.

El diseño de producción y el ritmo de la película son sobresalientes, con Álvarez demostrando un dominio excepcional en la creación de una atmósfera de tensión y claustrofobia que recuerda a los mejores momentos de la franquicia. Alien: Romulus se convierte así en una celebración de la esencia del terror y la ciencia ficción que hicieron grande a la saga, sin caer en la mera nostalgia.

En resumen, Alien: Romulus no solo satisface a los fanáticos de la saga, sino que también reafirma la relevancia y la capacidad de renovación de Alien en el cine contemporáneo. Es una muestra de que, con la visión adecuada, el reciclaje y la inspiración pueden dar lugar a obras que no solo rinden homenaje a lo que vino antes, sino que también forjan nuevos caminos en el vasto universo del cine de ciencia ficción.