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En el universo del cine de terror, los apellidos pueden cargar tanto peso como prestigio, y Osgood Perkins, el hijo de Norman Bates (Anthony Perkins), ha logrado transformar esa herencia en una fuerza creativa única. Su última obra, Longlegs, marca una evolución significativa en su carrera, alejándose del gótico que caracterizó sus trabajos anteriores para adentrarse en un territorio más oscuro y visceral.
Longlegs se inspira en las inquietantes atmósferas de clásicos del terror y el suspenso, evocando a directores como Jonathan Demme, David Fincher y el estilo visual de Roman Polanski y William Friedkin. La película presenta a Maika Monroe, conocida por su papel en It Follows, como la agente del FBI Lee Harker. Su personaje, una investigadora con habilidades casi paranormales, enfrenta una serie de crímenes rituales que desafían la lógica y la razón. Monroe ofrece una interpretación convincente que enriquece la narrativa con una complejidad psicológica palpable.
El antagonista de la historia, Longlegs, interpretado por Nicolas Cage, es una de las figuras más inquietantes que se han visto en el género en años recientes. Cage encarna a un asesino en serie con una mezcla perturbadora de íconos de la cultura pop y una actitud desafiantemente excéntrica. Su interpretación, cargada de locura y delirio, se beneficia de la dirección estilizada de Andrés Arochi, quien utiliza encuadres y técnicas visuales para intensificar la sensación de amenaza que rodea al personaje.
A pesar de sus aciertos, Longlegs no está exenta de fallos. La trama presenta ciertas incoherencias que desentonan con la atmósfera construida, como la falta de lógica en las decisiones de los personajes y elementos sobrenaturales que parecen forzados y menosprecia el potencial de un thriller policial más directo y crudo. Estos aspectos hacen que el tercer acto se desvíe hacia una narrativa que recuerda más a Annabelle que a los thrillers psicológicos que Perkins parecía haber prometido.
En resumen, Longlegs es una ambiciosa incursión en el terror psicológico que destaca por su estilo visual y su atmósfera asfixiante. Aunque su intento de mezclar elementos sobrenaturales con el género policial puede no satisfacer a todos los espectadores, la elegancia y el talento de Perkins brillan a lo largo de la película. La obra de Osgood Perkins continúa demostrando que, a pesar de las sombras de su legado familiar, tiene una voz distintiva y poderosa en el cine de terror contemporáneo.