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En un giro drástico desde sus días de promover la compartición de contraseñas con lemas como “Amar es compartir la contraseña”, Netflix ha implementado estrictas medidas para limitar el uso de sus servicios a un solo hogar. Esta transformación en la política de la plataforma de streaming busca abordar directamente el uso compartido de cuentas entre diferentes ubicaciones, una práctica que ha estado bajo el escrutinio de la empresa desde hace más de un año. La nueva estrategia implica que el acceso a Netflix solo está permitido bajo una única dirección IP, restringiendo así el uso a dispositivos que no formen parte del hogar registrado.

La implementación de esta medida ha sido gradual, afectando a usuarios de manera inconsistente; algunos reciben advertencias mientras que otros aún no experimentan cambios. Recientemente, se ha observado un aumento en los reportes de usuarios que ven mensajes alertando que sus dispositivos no forman parte del hogar configurado con Netflix. Esta notificación ha llevado a un pico en las búsquedas en Google, indicando una creciente preocupación entre los consumidores sobre cómo continuarán accediendo a sus cuentas.

La política de Netflix plantea dudas significativas, especialmente para aquellos que usan el servicio mientras viajan o se desplazan fuera de sus hogares habituales. Para abordar esto, Netflix ha establecido un sistema de sesiones y accesos temporales de 14 días que se pueden activar mediante un código enviado por SMS o correo electrónico. Esta medida pretende ofrecer cierta flexibilidad a los usuarios que necesitan acceder a sus cuentas fuera del domicilio principal configurado.

 

Si un usuario no establece un hogar principal con Netflix, la plataforma designará automáticamente uno basado en la dirección IP, los dispositivos usados y la actividad de cuenta más frecuente. Netflix aclara que no utiliza GPS para determinar la ubicación física de los dispositivos, intentando así respetar la privacidad de sus usuarios mientras aplica estas restricciones.

El objetivo detrás de esta medida es claro: Netflix busca mejorar sus ingresos y retener a los suscriptores mediante la monetización efectiva de cada cuenta individual. Y parece que está funcionando. Recientemente, la compañía reportó un aumento del 78.7% en sus beneficios netos para el primer trimestre del año, con expectativas de un crecimiento continuo en sus ingresos a lo largo del 2024. La reducción de las cuentas compartidas, junto con un aumento en los precios de suscripción en varios mercados, ha sido central para este éxito financiero.

Las medidas de Netflix contra el uso compartido de cuentas son un claro indicativo de cómo las plataformas de streaming están evolucionando para asegurar la sostenibilidad de sus modelos de negocio en un mercado altamente competitivo. Si bien estas políticas pueden provocar descontento inicial entre algunos usuarios, la adaptación a estas normativas será crucial para aquellos que deseen continuar disfrutando del vasto catálogo de contenido que Netflix ofrece. La situación sigue desarrollándose, y será interesante observar cómo la comunidad global de usuarios responde a largo plazo a estas restricciones más estrictas.