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El universo de Dune, nacido de la mente de Frank Herbert en 1965, ha dejado una marca imborrable en la ciencia ficción. La saga ha seducido a generaciones de lectores con sus temas políticos, ecológicos y espirituales, además de inspirar adaptaciones cinematográficas y series. En 2024, el universo de Dune se expandirá aún más con el estreno de Dune: La Profecía, una serie que promete explorar las oscuras y complejas conspiraciones familiares de los Harkonnen, situándose como una propuesta distinta de otras franquicias espaciales.

Conspiraciones, poder y moralidad en juego

Desarrollada por HBO bajo la dirección de Diane Ademu-John y Alison Schapker, Dune: La Profecía sirve como precuela a las películas dirigidas por Denis Villeneuve. La serie profundiza en los orígenes de la hermandad Bene Gesserit, situada unos 10.000 años antes de los eventos conocidos de Dune. El enfoque se centra en las hermanas Valya y Tula Harkonnen, quienes desempeñan un papel crucial en la formación de la secta y en la defensa de la humanidad frente a amenazas que podrían cambiar el destino del universo.

Las conspiraciones y juegos de poder entre los Harkonnen están en el corazón de la narrativa, brindando un retrato más complejo de esta emblemática familia. A diferencia de otras adaptaciones, esta serie profundiza en los matices de las relaciones familiares y en las decisiones morales que los personajes enfrentan, temas que han sido cruciales en la obra de Herbert.

Un enfoque deliberadamente diferente a Star Wars

Recientemente, Emily Watson, quien interpreta a Valya Harkonnen, compartió con Total Film detalles sobre el tono de la serie. En sus palabras, Dune: La Profecía es una exploración de la “complejidad moral”, algo que la diferencia de otras franquicias espaciales como Star Wars. “No es infantil, no es como Star Wars,” afirmó Watson, subrayando que la serie busca profundizar en los dilemas éticos y políticos que enfrenta la familia Harkonnen, en lugar de optar por un enfoque más ligero o aventurero.

Watson también destacó que los Harkonnen no serán retratados simplemente como villanos, sino como una familia “bastante jodida”, pero con una humanidad y profundidad que los hace más realistas y comprensibles. Esta visión humanizada y moralmente ambigua de los personajes, junto con la atmósfera de traición e intriga política, es lo que promete convertir a Dune: La Profecía en una serie cautivadora para un público más maduro y reflexivo.

La promesa de una narrativa visual y ética compleja

La serie, cuyo estreno está previsto para noviembre de 2024, no solo promete expandir los límites narrativos de la franquicia de Dune, sino también ofrecer una experiencia visual y ética profunda. Con un elenco talentoso y una trama que equilibra las conspiraciones familiares con las complejidades del poder, la serie buscará atraer tanto a los fanáticos de la saga como a nuevos espectadores interesados en historias cargadas de dilemas morales.

A medida que la IA, los efectos visuales y la narrativa avanzan, Dune: La Profecía se prepara para ser una producción que marcará una diferencia en el género de ciencia ficción, brindando una mirada más sombría y realista al futuro galáctico de Dune.