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La Tierra no es un trompo perfecto. Su rotación no es completamente uniforme y, a lo largo de miles de años, ha experimentado variaciones en su velocidad y en la inclinación de su eje. Los científicos han descubierto que una de las causas de estas variaciones es el cambio climático.
El deshielo en los polos es uno de los principales factores que influyen en la rotación terrestre. Al derretirse, el hielo libera agua que se redistribuye hacia el ecuador. Esta redistribución de masa afecta el momento angular del planeta, lo que ralentiza su rotación.
Si bien el efecto es mínimo, con un aumento de la duración del día de microsegundos por año, no es algo que podamos sentir. Sin embargo, a largo plazo, este cambio podría tener consecuencias.
Los científicos también creen que el cambio climático podría estar inclinando el eje de la Tierra. El derretimiento de los glaciares y la elevación del nivel del mar no son uniformes en todo el planeta, lo que genera un desequilibrio que afecta la rotación.
Aunque los efectos del cambio climático en la rotación de la Tierra son pequeños, son una señal más de la profunda transformación que está experimentando nuestro planeta.
¿Qué podemos hacer? La lucha contra el cambio climático es fundamental para mitigar estos efectos y proteger el futuro de la Tierra. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, adoptar energías renovables y proteger los ecosistemas son acciones urgentes que debemos tomar.
El cambio climático no solo afecta el clima, sino que también tiene un impacto en el movimiento de nuestro planeta.