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La NASA ha anunciado una colaboración histórica con Japón que llevará al primer astronauta no estadounidense a pisar la Luna. Este logro se enmarca dentro del programa Artemis, que busca establecer una presencia sostenible en la Luna y sentar las bases para futuras misiones a Marte. Según el acuerdo firmado entre Estados Unidos y Japón, la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) tendrá la oportunidad de enviar a dos de sus astronautas a la superficie lunar, marcando un hito importante en la cooperación internacional en la exploración espacial.

Japón desempeñará un papel crucial en las misiones Artemis al diseñar, desarrollar y operar un rover presurizado que permitirá la exploración de la Luna tanto con misiones tripuladas como no tripuladas. Este rover, que será capaz de operar en la Luna durante 10 años, tendrá capacidad para dos astronautas en condiciones normales y hasta cuatro en caso de emergencia. Equipado con paneles solares, variado instrumental y comodidades, el rover podrá acoger misiones de hasta 30 días de duración. Este proyecto es parte de una alianza entre JAXA, Toyota y Mitsubishi Heavy Industries, y se espera que esté listo para su lanzamiento en 2031.

Aunque la NASA y JAXA aspiran a que un astronauta japonés sea el primer no estadounidense en pisar la Luna, enfrentarán competencia de China, que tiene planes de enviar su propia tripulación a la superficie lunar antes de 2030. Además, la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene aseguradas tres plazas en futuras misiones Artemis y busca que uno de sus astronautas llegue a la Luna. A pesar de los retrasos y debates sobre el costo del programa Artemis, la misión Artemis III, que marcará el regreso a la superficie lunar, está programada para 2026, con la posibilidad de realizarse en 2027.

El acuerdo entre Estados Unidos y Japón refleja un compromiso compartido hacia la exploración lunar y destaca la importancia de la colaboración internacional en el avance de la ciencia y la tecnología espaciales. La inclusión de un astronauta japonés en una futura misión Artemis no solo es un logro significativo para Japón, sino que también representa un paso adelante en la diversificación de la exploración espacial. A medida que más países se unen a la carrera espacial, la Luna se convierte en un escenario para la cooperación global y el descubrimiento científico.