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Katy Perry, la icónica estrella del pop que acaba de lanzar su esperado regreso musical con el álbum *143*, enfrenta un nuevo desafío que podría eclipsar su resurgimiento en la escena musical. Tras un debut tibio con su sencillo “WOMAN’S WORLD”, la cantante estadounidense ha visto cómo su segundo lanzamiento, “LIFETIMES”, se convierte en el epicentro de una controversia que involucra a las autoridades medioambientales de las Islas Baleares.

El problema comenzó cuando, en medio de un regreso marcado por una serie de críticas mixtas, Perry estrenó el videoclip de “LIFETIMES”. La filmación se realizó en varias locaciones de las islas de Ibiza y Formentera, incluyendo escenas que muestran a la artista disfrutando de la vida nocturna y explorando el paisaje. Sin embargo, el foco de la polémica se centra en una parte del rodaje realizada en el islote de S’Espalmador, un área protegida dentro del Parque Natural de ses Salines de Ibiza y Formentera.

Según un comunicado emitido por el Gobierno Balear, la productora de Perry no obtuvo la autorización necesaria para filmar en el área restringida de S’Espalmador. Este islote, de 137 hectáreas, está protegido desde 1980 debido a su delicado ecosistema. El comunicado detalla que la filmación incluyó escenas en el sistema dunar del islote, una zona claramente señalizada con palos y cuerdas que prohíben el acceso.

El Gobierno de las Islas Baleares ha abierto una investigación para determinar el posible impacto ambiental que pudo haber causado la producción del videoclip. Aunque las autoridades han aclarado que no se trata de un delito contra el medio ambiente, sino de una infracción administrativa, la situación podría resultar en sanciones para la productora, si se confirma que se vulneraron las normativas de protección ambiental.

El artículo 65 del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) establece que cualquier tipo de filmación en áreas protegidas requiere de una “autorización expresa de la autoridad competente en materia de medio ambiente”. La falta de esta autorización ha llevado a la revisión de las condiciones bajo las cuales se llevó a cabo el rodaje.

Mientras la investigación continúa, Katy Perry se encuentra en una encrucijada que podría afectar tanto su reputación como el éxito de su nuevo proyecto discográfico. La controversia plantea preguntas sobre la responsabilidad de los artistas y productores al trabajar en lugares de valor ecológico, y subraya la importancia de cumplir con las normativas medioambientales vigentes.

Este incidente sirve como recordatorio de los desafíos que enfrentan los proyectos de alto perfil cuando interactúan con espacios naturales protegidos y ofrece una oportunidad para que la industria del entretenimiento reevalúe sus prácticas de producción en entornos sensibles.