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El “Batterygate” es un caso que se ha hecho muy conocido en el que se acusa a Apple de reducir deliberadamente los picos de rendimiento de los iPhone con batería desgastada para tratar de preservarlos más tiempo. La empresa nunca negó esto, de hecho, dijo que era cierto, pero que era consecuencia de la propia naturaleza de las baterías. Según los demandantes, la implementación fue poco transparente.

Qué es el Batterygate de Apple

El Batterygate comenzó en 2017 con una demanda colectiva en la que se acusaba a Apple de reducir deliberadamente mediante actualizaciones de software la velocidad de algunos de sus dispositivos, en concreto, del iPhone 6, iPhone 6 Plus, iPhone 6S, iPhone 6S Plus, iPhone 7, iPhone 7 Plus y el iPhone SE de primera generación. Apple admitió que esto era cierto, pero argumentó que se debía al estado de sus baterías. Según la empresa, era necesario limitar el rendimiento para evitar apagones inesperados, desgastes que los hiciesen inservibles, y demás. Sin embargo, los demandantes argumentaron que Apple no lo avisó en ningún lado, ni le dio opción a los usuarios de rechazarlo.

Cómo saber si sos uno de los beneficiados

Apple ha llegado a un acuerdo con las personas afectadas por el Batterygate, comprometiéndose a pagar entre 310 y 500 millones de euros. Lamentablemente, el plazo para apuntarse a la indemnización terminó en octubre de 2020. Se calcula que están aprobadas unas tres millones de personas, por lo que si te apuntaste en su momento, deberías percibir unos 60 o 65 euros aproximadamente.

La historia de Apple con la obsolescencia programada comenzó en 2017 con una demanda colectiva en la que se acusaba a la empresa de reducir deliberadamente mediante actualizaciones de software la velocidad de algunos de sus dispositivos. En concreto, del iPhone 6, iPhone 6 Plus, iPhone 6S, iPhone 6S Plus, iPhone 7, iPhone 7 Plus y el iPhone SE de primera generación.

Cómo fue el juicio a Apple

Los de Cupertino acabaron admitiendo que eso era cierto, pero que se debía al estado de sus baterías. Dijeron que era necesario limitar el rendimiento para evitar apagones inesperados, desgastes que los hiciesen inservibles, y demás. El problema con esto según los demandantes es que no lo avisaron en ningún lado, ni le dieron opción a los usuarios de rechazarlo. Simplemente lo actualizaron así y esperaron que nadie se diese cuenta.

No fue hasta que se presentó la demanda colectiva y esta se expandió por redes que redujeron significativamente el coste de sustitución de batería de esos modelos, y permitieron a los usuarios desactivar esa configuración, pero ya era tarde. Lo que argumentó la parte contraria, y sabiendo cómo funciona el derecho anglosajón tiene sentido, es que de no haberse presentado esa demanda, Apple no habría facilitado esas opciones.

Lo que quieren decir es que no sirve de nada enmendar el error cuando este ya se ha sufrido y percibido. Si nadie se hubiese dado cuenta, no habrían hecho nada para enmendarlo, por lo que en el fondo no querían solucionar el error, sino las consecuencias que tendría para ellos la publicidad de ese error.

Ahora Apple ha llegado a un acuerdo con estas personas, por el que se comprometen a pagar entre 310 y 500 millones de euros. Lamentablemente, el plazo para apuntarse terminó en octubre de 2020, aunque se calcula que están aprobadas unas tres millones de personas, por lo que si te apuntaste en su momento, deberías percibir unos 60 o 65 euros aproximadamente.