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Estados Unidos está a punto de dar un gran salto en infraestructura de transporte con la construcción de su primer tren de alta velocidad. El proyecto, liderado por la empresa Brightline, busca conectar Los Ángeles y Las Vegas mediante un tramo de 218 millas que atraviesa el desierto de Mojave. Se espera que la construcción, que acaba de comenzar, se complete en los próximos cuatro años. Este tren promete revolucionar el transporte en la región, ofreciendo una alternativa rápida y ecológica a la tradicional ruta en coche entre estas dos ciudades.

Brightline, que ya opera un sistema ferroviario en Florida entre Miami y Orlando, ha recibido un impulso significativo de 3 mil millones de dólares en fondos federales para este proyecto. Los trenes, que serán totalmente eléctricos y de cero emisiones, alcanzarán velocidades de hasta 200 mph, reduciendo el tiempo de viaje entre Las Vegas y Rancho Cucamonga a aproximadamente 2 horas y 10 minutos, lo cual es considerablemente más rápido que el tiempo de conducción actual. El Secretario de Transporte de Biden, Pete Buttigieg, ha destacado que el proyecto no solo fomentará el turismo y creará empleos, sino que también ayudará a eliminar unas 400.000 toneladas de dióxido de carbono al año.

La inspiración para este tren de alta velocidad proviene de modelos internacionales exitosos. Países como Japón, China y varios en Europa han desarrollado redes ferroviarias de alta velocidad que no solo mejoran la conectividad sino que también son fuentes de orgullo nacional. Estados Unidos ha quedado rezagado en este aspecto durante décadas, a pesar de las conversaciones sobre los beneficios potenciales de tales sistemas. La realización de este proyecto podría finalmente colocar a Estados Unidos en el mapa mundial de viajes ferroviarios de alta velocidad.

Es importante notar que Estados Unidos ha enfrentado desafíos en proyectos similares en el pasado. Por ejemplo, el intento de California de construir un servicio ferroviario de alta velocidad entre Los Ángeles y San Francisco ha enfrentado múltiples obstáculos, incluyendo un retraso considerable y un sobrecosto masivo, necesitando una estimación adicional de 100 mil millones de dólares para completarse. Este nuevo proyecto de Brightline espera evitar un destino similar, aprendiendo de los errores anteriores y capitalizando en la experiencia adquirida en proyectos anteriores de la compañía.

El proyecto del tren de alta velocidad entre Las Vegas y California tiene como objetivo iniciar operaciones a principios de 2028, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos de Verano en Los Ángeles. Este aspecto es fundamental porque muestra la intención de aprovechar un evento de gran envergadura como los Juegos Olímpicos para destacar la infraestructura y las capacidades de transporte de Estados Unidos, potenciando así la visibilidad y utilidad del tren de alta velocidad durante un momento en que los ojos del mundo estarán puestos en la región.