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Disney y Universal han encendido las alarmas en la industria del entretenimiento al presentar una demanda conjunta por derechos de autor contra Midjourney, una de las plataformas de inteligencia artificial más populares para la generación de imágenes.

El motivo: la presunta reproducción masiva y sin autorización de personajes icónicos como Shrek, Spider-Man, Darth Vader, Deadpool, los Minions y muchos otros que forman parte del catálogo protegido de ambos estudios.

La querella, interpuesta en una corte federal, acusa a la empresa de generar “no cientos, sino miles” de imágenes que imitan sus propiedades intelectuales sin licencia alguna. El caso, de avanzar en los tribunales, podría establecer un precedente legal histórico para la relación entre la IA y los derechos de autor.

Midjourney, fundada en 2022, ha crecido a un ritmo vertiginoso. Según documentos citados por Variety, en 2023 generó más de 200 millones de dólares en ingresos, y en 2024 superó los 300 millones, con cerca de 21 millones de usuarios activos en septiembre.

Aunque otras empresas tecnológicas han sido criticadas por entrenar sus modelos con contenido protegido, esta es la primera vez que grandes estudios de Hollywood toman medidas legales directas. La demanda no solo apunta a la generación de imágenes, sino a lo que se avecina: la posibilidad de que la IA produzca videos que podrían replicar fielmente escenas, personajes y estilos visuales característicos de franquicias multimillonarias.

La reacción de la industria está en marcha. Este enfrentamiento legal plantea una pregunta crucial: ¿dónde termina la inspiración creativa de una IA y dónde comienza la infracción?