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La exploración espacial ha experimentado un resurgimiento significativo en las últimas décadas, y la NASA está a la vanguardia de estos esfuerzos. Con el regreso de los humanos a la Luna a través del Programa Artemis, la agencia espacial estadounidense no solo busca visitar el satélite natural, sino establecer una presencia permanente allí. Y, para lograrlo, uno de los objetivos más ambiciosos es la construcción de viviendas en la Luna para el año 2040.

La propuesta de la NASA es revolucionaria: utilizar impresoras 3D para construir estructuras en la Luna. Pero, ¿con qué materiales? La solución podría estar en el mismo satélite. La idea es aprovechar los recursos lunares, como astillas de rocas, fragmentos minerales y polvo lunar, para crear un tipo especial de “hormigón lunar”. Esta técnica permitiría construir paredes y techos en la Luna sin la necesidad de enviar grandes cantidades de materiales desde la Tierra. Sin embargo, hay desafíos a superar, como el hecho de que las paredes de este material podrían resultar tóxicas para los humanos. Por lo tanto, es esencial encontrar formas de contrarrestar estos efectos para garantizar la seguridad de los astronautas.

¿Cómo serán estas viviendas lunares?

La colaboración con ICON, una empresa constructora, ha sido crucial para este proyecto. ICON, que ya tiene experiencia en la construcción de viviendas con impresoras 3D en la Tierra, está trabajando junto con la NASA para desarrollar la infraestructura lunar necesaria. Además, la empresa ha firmado un contrato de 57,2 millones de dólares que se extiende hasta 2028 y ya ha demostrado su capacidad al imprimir en 3D el hábitat Mars Dune Alpha, pensado para futuras misiones a Marte.

La visión de la NASA es clara: establecer una base lunar a largo plazo, aprovechando al máximo los recursos disponibles. Si bien la misión Artemis 6 está programada para 2030, la construcción de viviendas en la Luna podría comenzar una década después, sentando las bases para una verdadera presencia humana en el satélite. Esta iniciativa no solo es un testimonio del ingenio humano y la innovación tecnológica, sino que también marca el comienzo de una nueva era en la exploración espacial.