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El aire se enrarece, el sol pierde su fuerza y una sombra ominosa se cierne sobre el mundo. No, no es el apocalipsis, pero casi. Es la llegada inminente de EL en He Is Coming, un roguelite automático con gráficos retro que te arroja a una carrera contrarreloj donde cada decisión, cada objeto y cada paso que das puede ser el último.
Un roguelite sin concesiones
Desde el primer momento, He Is Coming te deja claro que no está para juegos… o bueno, sí, pero de una forma muy particular. Te encuentras en un mundo minimalista, de estética retro, donde el tiempo es tu mayor enemigo. Cada tres días, un nuevo jefe, un esbirro de EL, aparece para cazarte. Y no hablamos de un paseo por el campo. Con más de 30 jefes posibles, cada uno con sus propias fortalezas y debilidades, la adaptabilidad no es una opción, es una necesidad.
La premisa es sencilla: explora el mapa, busca equipo en cofres, vence enemigos para conseguir dinero, compra con el dinero mejor equipo; todo eso antes de que llegue el enfrentamiento. Pero la ejecución es mucho más profunda de lo que parece a simple vista.
No hay niveles, no hay árboles de habilidades, solo un inventario limitado y mucha suerte.
¿Te arriesgarás a adentrarte en el bosque por un cofre que podría contener un arma legendaria, o jugarás sobre seguro y te quedarás venciendo enemigos cerca del pueblo, esperando a que el mercader ofrezca algo decente a un precio desorbitado?
Tensión y estrategia
Al inicio de cada semana de tres días, se revela el esbirro que enfrentarás, dándote tiempo para prepararte estratégicamente. Puedes fusionar objetos iguales para hacerlos más poderosos y ahorrar espacio, e incluso cocinar alimentos para potenciar sus efectos. La clave está en arriesgarse y experimentar, cumpliendo desafíos para desbloquear nuevas herramientas y posibilidades.
Lo que realmente me enganchó de He Is Coming es la increíble tensión que genera. Saber que un enemigo poderoso viene a por ti, y que solo tienes unos pocos pasos para prepararte, crea una sensación de urgencia que pocos juegos consiguen con tan poco. Te obliga a pensar de forma estratégica, a sopesar cada decisión, a pesar de la suerte.
¿Me centro en aumentar mi armadura para resistir los golpes de un murciélago de nivel 2, o busco objetos que aumenten mi velocidad y daño para intentar acabar con él antes de que me toque? Cada partida es un nuevo puzle, una nueva oportunidad para probar una estrategia diferente.
Y es en las sinergias entre los más de 350 objetos donde el juego brilla con luz propia. Un simple escudo puede ser útil, pero si lo combinas con una armadura de espinas que devuelve el daño al enemigo, y unos pendientes que infligen daño cada dos turnos, de repente tienes una build defensiva que puede acabar con la mayoría de enemigos básicos sin que apenas tengas que mover un dedo. Las posibilidades son casi infinitas, y descubrir nuevas combinaciones y sets es una de las mayores satisfacciones del juego.
Sin manos
El combate automático es una pieza central del diseño: una vez comienza, tus acciones previas dictan todo lo que ocurre. No hay comandos manuales, solo consecuencias. Cada objeto equipado y su posición en tu inventario cuenta.
De hecho, el juego te permite acelerar al máximo el ciclo de pruebas: manteniendo presionada la tecla Ctrl, puedes saltar la animación de combate y ver solo el resultado. Si ganas, el proceso es inmediato; si pierdes, entonces sí se reproduce la batalla para que analices qué salió mal.
Aunque He Is Coming se percibe como una experiencia individual, su modo Coronación introduce un multijugador asíncrono con más estrategia que socialización directa. La premisa es simple: tras la caída del Rey Demonio, los jugadores compiten para reclamar su corona. No se trata de un PvP tradicional; aquí el combate ocurre entre equipos preconfigurados, enfrentando tus decisiones tácticas contra las de otros jugadores.
Entre el azar y el Early Access
Pero no todo es un camino de rosas. El azar juega un papel importante, y habrá partidas en las que, simplemente, no encontrarás los objetos que necesitas. Puede ser frustrante, sí, pero también es parte del encanto de los roguelite.
Una desventaja notable es la ausencia de funciones como re-roll o banish, lo que, combinado con pools de ítems diluidos con cada objeto que desbloqueas, puede limitar el control estratégico y la consistencia en las builds.
Actualmente, He Is Coming se encuentra en Early Access en Steam, lo que significa que el juego está en constante evolución. Los desarrolladores, Chronocle, están muy activos escuchando a la comunidad y planean añadir más contenido, incluyendo nuevos jefes, biomas adicionales y objetos.
Adictivo y en crecimiento
He Is Coming es un juego que te atrapa sin que te des cuenta. Empiezas con una partida rápida de cinco minutos, y de repente te das cuenta de que llevas horas jugando, intentando superar a ese jefe que se te resiste, o probando esa nueva combinación de objetos que se te ha ocurrido. Es adictivo, desafiante y, sobre todo, muy divertido.
Por su ritmo pausado y mecánicas simples, He Is Coming se presta perfectamente para jugar mientras ves un video, trabajas o estudias. No exige atención constante: es uno de esos títulos que acompañan sin interrumpir.
Si buscas un juego que ponga a prueba tu capacidad de adaptación, y que te ofrezca una experiencia de juego desenfadada y gratificante, no busques más. EL te está esperando, y créeme, no querrás hacerle esperar.