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Si has entrado a itch.io últimamente buscando algo más “picante” que un juego de granjas, te habrás encontrado con un desierto. De la noche a la mañana, la plataforma, conocida por ser el paraíso de lo indie y lo experimental, ha hecho desaparecer todo el contenido para adultos (NSFW) de sus búsquedas. ¿El motivo? Una llamada de atención de quienes realmente mandan en internet: los procesadores de pago.
En un comunicado que olía a “lo sentimos, nos han puesto entre la espada y la pared”, itch.io explicó que sus socios financieros, esos que hacen posible que los desarrolladores cobren y tú puedas comprar, se pusieron nerviosos. La culpa, al parecer, la tiene un juego llamado No Mercy y una campaña del grupo de presión Collective Shout, que básicamente fue a chivarse a Visa y Mastercard de lo que se cocía en la plataforma.
Para cualquier tienda online, que te corten el grifo de los pagos es el equivalente a una sentencia de muerte. Así que itch.io, en un movimiento de pura supervivencia, pulsó el botón rojo y desindexó todo el contenido NSFW para no arriesgar su infraestructura de pagos. Un “actuamos ahora, ya pediremos perdón después” en toda regla.
Ahora mismo, están en modo auditoría, revisando con lupa cada juego para asegurarse de que cumple con las reglas de los que ponen la pasta. Algunos juegos no volverán jamás, y a sus creadores les llegará un mail con la mala noticia. Para los que sobrevivan, habrá un nuevo aro que saltar: confirmar que su creación no ofende la sensibilidad de las políticas de pago.
¿Te suena la historia? Porque Steam ya la vivió
Si estás pensando “esto me suena”, no es un déjà vu. Es que Steam, el gigante de Valve, pasó por exactamente lo mismo justo antes.
A mediados de julio, Steam actualizó sus términos de servicio de forma sigilosa para prohibir “cierto contenido solo para adultos”. ¿La razón? La misma. Los procesadores de pago les leyeron la cartilla, también señalados por la misma campaña de Collective Shout.
La reacción de Valve fue idéntica: eliminar cientos de juegos con contenido sexual explícito para evitar que una crisis con Visa les impidiera vender Baldur’s Gate 3 o el último Call of Duty.
El verdadero jefe final: la “censura financiera”
Lo que estamos viendo no es a dos plataformas volviéndose conservadoras de repente. Es un fenómeno que muchos desarrolladores llaman “censura financiera”.
Tanto Steam como itch.io son escaparates, pero la tienda de verdad, la que procesa el dinero, pertenece a un puñado de gigantes financieros. Si a estos gigantes no les gusta lo que vendes, da igual lo popular que seas: te cierran el chiringuito.
Esto ha puesto en alerta máxima a los desarrolladores, sobre todo a los de la comunidad LGTBQ+ y a los que crean novelas visuales para adultos, que ven cómo su medio de vida depende de las políticas opacas y cambiantes de empresas que no entienden (ni les importa) su arte.