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La NASA y Boeing están colaborando en un proyecto que podría cambiar la forma en que volamos. Están trabajando en el desarrollo del X-66A NetZero, un avión experimental que tiene como objetivo ayudar a Estados Unidos a lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050.

El X-66A es un avión transónico de ala arriostrada. Las alas delgadas y largas del avión están estabilizadas por soportes que aportan rigidez, un diseño que se conoce desde los primeros días de la aviación. Este diseño permite al X-66A alcanzar velocidades cercanas a las del sonido, específicamente alrededor de 955 km/h.

Pero la velocidad no es el objetivo principal del X-66A. El avión es el resultado de un programa de investigación llamado Subsonic Ultra Green Aircraft Research (SUGAR), que lleva más de una década en desarrollo. El objetivo de SUGAR es fabricar aviones que, al ser capaces de alcanzar velocidades cercanas a las del sonido, sean más silenciosos que los actuales y consuman hasta un 70% menos de combustible.

Para construir el X-66A, la NASA y Boeing modificarán un avión MD-90, acortando el fuselaje y reemplazando las alas y los motores. El avión resultante tendrá alas más largas y delgadas, con motores montados debajo y un conjunto de armazones aerodinámicos para soporte.

El X-66A es un paso importante hacia una aviación comercial libre de emisiones contaminantes para 2050, un objetivo incluido en el Plan de Acción de Aviación Sostenible de Estados Unidos. Con su diseño innovador y su enfoque en la sostenibilidad, el X-66A podría tener un impacto significativo en la reducción de las emisiones de la aviación.