Google presentó Antigravity, una plataforma que busca redefinir cómo se construye software en la era de la IA. No es solo un IDE con esteroides: es un entorno pensado para que los agentes, no los humanos, ejecuten tareas completas de manera autónoma y en paralelo.

Antigravity parte de un supuesto claro: modelos como Gemini 3 ya soportan ciclos de trabajo prolongados sin supervisión constante. Ese salto obliga a replantear la interfaz misma del desarrollo.

En lugar de centrar todo en un editor, Antigravity ofrece dos superficies: un Editor tradicional potenciado por IA y un Manager, una especie de “mission control” donde el usuario coordina varios agentes trabajando simultáneamente en distintos espacios.

La plataforma organiza el trabajo a nivel de tareas, no de prompts ni llamadas de herramientas. Cada tarea genera Artifacts, planes, listas de acciones, walkthroughs, capturas y grabaciones del navegador, que permiten validar el trabajo sin revisar cada microdecisión del agente. La apuesta es construir confianza sin abrumar al usuario con telemetría irrelevante.

En modo autónomo, un agente puede escribir código, levantar el entorno local, abrir el navegador y probar la funcionalidad sin intervención humana.

El usuario puede seguir ese proceso, detenerlo, comentar partes específicas o ajustar el rumbo sin reiniciar la ejecución. Antigravity incorpora la retroalimentación como un componente nativo, no como un parche encima del flujo.

Otro elemento central es el aprendizaje continuo. Cada acción, resultado y corrección puede almacenarse en un repositorio interno de conocimiento que los agentes reutilizan en tareas posteriores. La meta es que el sistema evolucione con cada proyecto, eliminando trabajo repetitivo y afinando patrones de solución.

Antigravity está disponible desde hoy en vista previa pública, sin costo, con compatibilidad para macOS, Linux y Windows. Ofrece acceso integrado a Gemini 3, a modelos de Anthropic y a la serie OSS de OpenAI, con límites que dependen de la complejidad del trabajo de los agentes.

La propuesta de Google es ambiciosa: convertir al IDE en un entorno donde el programador deja de operar a nivel de instrucciones y comienza a trabajar a nivel de objetivos. Si la apuesta funciona, la pregunta ya no será “¿cuánto código puedes escribir?”, sino “¿qué quieres que se construya sola?”.

Noticias relacionadas

Google lanza Gemini 3 y apunta a una nueva fase de IA avanzada

Google lanza Gemini 3 y apunta a una nueva fase de IA avanzada