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Los avances en neurociencia y tecnología están abriendo puertas que antes parecían imposibles. Gracias a implantes cerebrales y al uso de inteligencia artificial, personas que han perdido la capacidad de comunicarse pueden volver a hacerlo. Estos dispositivos, que se implantan en el cerebro, son capaces de “leer” la actividad neuronal y traducirla en palabras o textos, permitiendo a los pacientes comunicarse de manera efectiva.

Ann, una mujer de 47 años, perdió la capacidad de hablar tras un derrame cerebral hace 18 años. Gracias a un implante cerebral que utiliza inteligencia artificial, ahora puede comunicarse nuevamente. Por otro lado, Pat Bennett, de 67 años, diagnosticada con esclerosis lateral amiotrófica, también ha sido beneficiada con esta tecnología. A través de electrodos implantados en su cerebro, algoritmos de aprendizaje profundo reconocen sus señales cerebrales y las traducen en palabras.

¿Cómo funcionan estos implantes?

Existen diferentes técnicas y dispositivos en desarrollo. El “stentrode” es un dispositivo de ocho milímetros de diámetro que se inserta en el cerebro a través de la vena yugular para detectar actividad neuronal. Está conectado a una pequeña caja, que actúa como receptor y transmisor, ubicada debajo de la piel. Otro método, la electrocorticografía (ECoG), coloca un rectángulo delgado en la superficie de la corteza cerebral, registrando la actividad de miles de neuronas simultáneamente.

Desafíos y futuro de la tecnología

A pesar de los avances, aún existen desafíos a superar. Por ejemplo, se busca establecer un lenguaje universal de comandos informáticos para el pensamiento. Además, se espera que futuros dispositivos sean totalmente implantables, sin cables ni dispositivos externos visibles. Sin embargo, los resultados actuales son prometedores y se espera que en un futuro cercano, estos implantes cerebrales estén disponibles para un uso clínico más amplio.

Más allá de la tecnología, estos avances tienen un profundo impacto en la vida de los pacientes. Recuperar la capacidad de comunicarse no solo les permite interactuar con el mundo, sino que también les devuelve una parte esencial de su identidad. Como mencionó Ann, “El simple hecho de oír una voz parecida a la tuya es emocionante”.

Aunque los resultados son alentadores, es esencial abordar estos avances con cautela. Es necesario realizar más ensayos clínicos con un mayor número de pacientes para demostrar la fiabilidad de estos dispositivos. Sin embargo, el consenso general es que los implantes cerebrales tienen el potencial de cambiar la vida de muchas personas en el futuro cercano.