Un Patrimonio de la Humanidad son aquellos cuya singularidad y valor transcienden a los intereses de una nación y tienen que ser preservados por toda la humanidad. En España hay varios monumentos y espacios naturales merecedores de ser reconocidos con tal disrinción, de hecho es el tercer país con más lugares protegidos a nivel internacional gracias a sus 49 sitios patrimonio de la humanidad entre los que destacan 15 ciudades y 13 barrios.

Aquí te mostramos 6 en especial que sugiremos que debes considerar al momento de planear tus próximas aventuras hacia el país europeo que nos colonizó.

Empecemos.

ALHAMBRA, GENERALIFE Y ALBAICÍN DE GRANADA (ESPAÑA)

Desde el barrio granadino del Albaicín, donde estuvo el primer alcázar moro de Granada, se contempla la mejor vista sobre la Alhambra, con el marco natural de Sierra Nevada al fondo. Se trata del mejor conjunto de arquitectura militar y palatina heredada del mundo islámico. Los príncipes nazaríes escogieron el lugar en el siglo XII y comenzaron la construcción del recinto fortificado de la Alcazaba, la parte más antigua y también más austera, donde se alzan las torres defensivas del Homenaje, la Quebrada, la de la Vela y la Hueca. La simplicidad de sus líneas contrasta con los contiguos palacios de los príncipes nazaríes, joyas labradas en piedra en el siglo XIV, que rodean patios como el de los Arrayanes y el de los Leones. De esa época son también los jardines del Generalife, creados para deleite de los sultanes y sus harenes, en los que los refrescantes estanques y juegos de agua son los protagonistas. El conjunto de monumentos forman parte de la Unesco desde el año 1984.

(Asun Luján, redactora de Viajes National Geographic)

CIUDAD HISTÓRICA FORTIFICADA DE CUENCA (ESPAÑA)

La imagen más emblemática de Cuenca es la de sus Casas Colgantes, cuyos balcones de madera y ventanas enrejadas se asoman a la hoz del río Huécar. Estos edificios de la Cuenca histórica empezaron a construirse así de agrupados en el siglo XIV por motivos defensivos. Entre los originales se conservan la Casa de la Sirena y la Casa del Rey, que ahora es el Museo de Arte Abstracto Español, donde las piezas modernas se exponen entre celosías góticas y artesonados mudéjares. Detrás de las Casas se abre el barrio antiguo de Cuenca, declarado Patrimonio de la Humanidad (1996). La mayoría de sus calles estrechas confluyen en la Plaza Mayor en la que, junto a mesones tradicionales, se reúnen la Catedral, el Museo Diocesano y el Ayuntamiento de la ciudad.

(Asun Luján, redactora de Viajes National Geographic)

BARRIO ANTIGUO DE CÓRDOBA (ESPAÑA)

En pleno casco histórico cordobés, muy cerca de las orillas del río Guadalquivir, se levanta la joya monumental más preciada de la ciudad, la mezquita-catedral, que representó el corazón del califato de Córdoba. Los árabes mandaron construirla en el siglo VIII sobre el emplazamiento de una basílica visigoda anterior. Fue con la reconquista cuando el recinto fue convertido en catedral, formando el conjunto heterogéneo que hoy se puede visitar. Lo primero que se ve es el Patio de los Naranjos, donde está la fuente en la que los musulmanes realizaban sus abluciones antes de la oración. En el interior del templo sobresalen el maravilloso bosque de columnas de mármol y piedra –en Córdoba se usó por vez primera la superposición de dos arcos con el fin de dar una mayor sensación de altura– y la sala del Mihrab, una joya de oro y piedras preciosas. La capital cordobesa fue la primera en reunir cuatro enclaves Patrimonio de la Humanidad: La mezquita-catedral (en 1984), el centro histórico (1994), la Fiesta de los Patios de Córdoba (2012) –en la categoría de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad– y el conjunto arqueológico de Medina Azahara (2018).

(Asun Luján, redactora de Viajes National Geographic)

CIUDAD VIEJA DE ÁVILA E IGLESIAS EXTRAMUROS (ESPAÑA)

Ávila está rodeada por una muralla llena de historia que en su día fue un hito de la arquitectura medieval y hoy es una de las más extensas y completas que se conservan. Patrimonio de la Humanidad desde 1985 junto al centro antiguo de la ciudad, la mejor forma de admirar su silueta y dimensiones es caminar –hay visitas guiadas– por el paseo que sobrevuela este adarve de 2,5 km de perímetro, muros de 12 metros de alto y 3 metros de grosor, 87 torreones, 2500 almenas y hasta 9 puertas que mantienen el nombre que describía su función. La del Peso de la Harina, por ejemplo, da acceso a la plaza de la Catedral, mientras que la del Alcázar se abre a la plaza de Santa Teresa, llena de mesones.

(Asun Luján, redactora de Viajes National Geographic)

CUEVAS DE ALTAMIRA (ESPAÑA)

En 1879, Marcelino Sanz de Sautuola, un rico propietario local aficionado a la paleontología, entró en la cueva acompañado de su hija pequeña de ocho años. Fue ella la que descubrió las pinturas rupestres: «¡Mira papá! ¡Bueyes!». No eran bueyes sino bisontes, y caballos, ciervos e incluso manos. Al año siguiente, el propio Sautuola presentó un pequeño estudio sobre la cueva de Altamira que fue duramente cuestionado. Hubo que esperar a nuevos hallazgos de otros conjuntos rupestres en Francia para comenzar a considerar científicamente las pinturas de aquellos bueyes que creyó ver la hija de Sautuola. Aquellas pinturas fueron realizadas entre el 35.000 y el 13.000 a.C. Una maravillosa «Capilla Sixtina» del arte rupestre que fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985 y preservada de las visitas de público en 2002. La Neocueva es la perfecta réplica del espacio tal como fue durante el Paleolítico Superior que se puede visitar desde el 2001.

(José Alejandro Adamuz, editor colaborador digital de Viajes National Geographic)